UN ACERCAMIENTO A LA TERAPIA INTEGRAL CONDUCTUAL DE PAREJA

15 Dic 2006

Rafael Morón Gaspar

Centro de Mediación e Intervención Familiar de Albacete

Ha llovido mucho desde que Jacobson y Margolin escribieran su primer manual de terapia de pareja (Jacobson y Margolin, 1979),el cual ha servido de utilidad a muchos terapeutas para realizar su labor. Sin embargo, desde que surgió hasta hoy han sido varias las modificaciones que ha sufrido el modelo sobre el que se sustentaba aquel manual.

 

Algunos de estos cambios se han producido desde un punto de vista filosófico, propiciando a su vez modificaciones en el plano técnico. Dicho en otras palabras, ha cambiado la forma de entender los problemas de pareja y, por tanto, de intervenir en ellos. Entre las distintas modificaciones, sin duda la más importante es la vuelta a las raíces conductuales desde una perspectiva filosófica, y la incorporación de la aceptación en el trabajo terapéutico.

La inclusión de este componente ha producido también un cambio en el nombre de la terapia, pasando a llamarse Terapia de Pareja Integral Conductual (Jacobson y Christensen, 1996). Como consecuencia de esta vuelta al conductismo, ahora se pone más énfasis en el análisis funcional dentro de la intervención, algo que no ocurría en la Terapia de Pareja Conductual Tradicional.

El objetivo en la Terapia Integral de Pareja pasa a ser el cambio en el contexto psicológico en el que ocurren los problemas de pareja. El resultado de este cambio de contexto es la aceptación del comportamiento del compañero, y por ende, la reducción de los problemas y una recuperación más rápida cuando estos se den; lo que se acaba traduciendo en un aumento de la satisfacción en la relación.

Una vez realizada la evaluación y hecho el análisis funcional de los problemas por los que la pareja acude a consulta, se hace una devolución de lo recogido hasta entonces a la pareja. En esta devolución uno de los elementos claves es el tema, que consiste en una breve descripción del conflicto principal de la pareja, al que pueden acudir cada vez que haya un problema. Este tema va a permitir al terapeuta guiar la intervención y orientar a la pareja en los momentos de conflicto.

Se utilizan tres tipos de técnicas principales para conseguir la aceptación del comportamiento del compañero/a: la unión empática, la separación unificada y la tolerancia. Tal y como se ha indicado en otro sitio, «el objetivo de las dos primeras estriba en unir a la pareja alrededor del problema, que el problema sirva para generar más intimidad. En la última, la meta consiste en volver menos dolorosas las conductas negativas del compañero» (Morón, 2006: 280).

 

A pesar de que el componente central de la terapia es la aceptación, esto no implica que se desechen otras técnicas que se han mostrado útiles con anterioridad. De esta forma, si con el trabajo en aceptación no fuese suficiente, se vuelve a recurrir a las estrategias de intercambio conductual y al entrenamiento en comunicación y solución de problemas; aunque es oportuno señalar que se utilizan dentro de un marco de aceptación y para fortalecer ésta.

Los resultados de investigación llevados a cabo por diversos autores indican resultados mejores que en la terapia de pareja conductual tradicional, e indican que la aceptación es el componente fundamental a la hora de aumentar la satisfacción de la pareja con la relación.

Referencias

Jacobson, N.S. y Christensen, A. (1996). Integrative Couple Therapy: promoting acceptance and change. Nueva York: Norton.

Jacobson, N.S. y Margolin, G. (1979). Marital Therapy: Strategies Based on Social Learning Behavior Exchange Principles. Nueva York: Brunner/Mazel

Morón, R. (2006). Terapia Integral de Pareja. Edupsykhé, 5 (2), 273-286.

El artículo original en el que se basa este trabajo puede encontrarse en la revista EduPsykhé: Morón Gaspar, R. (2006). Terapia Integral de Pareja. EduPsykhé. Revista de Psicología y Educación, Vol. 5 (2). 273-286.

Sobre el autor:

Rafael Morón Gaspar es Licenciado en Psicología por la Universidad de Almería, ha realizado cursos de doctorado dentro del programa «Análisis funcional en contextos clínicos y de la salud» de la misma universidad, y en la actualidad trabaja en el Centro de Mediación e Intervención Familiar de Albacete realizando labores de psicólogo y atendiendo principalmente a parejas y familias con problemas.

 

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