CONSUMO DE SUSTANCIAS DURANTE LA ADOLESCENCIA: TRAYECTORIAS EVOLUTIVAS Y CONSECUENCIAS PARA EL AJUSTE PSICOLÓGICO

3 Mar 2008

Alfredo Oliva1, Águeda Parra1 e Inmaculada Sánchez –Queija2

1Universidad de Sevilla y 2Universidad Nacional de Educación a Distancia

 

El consumo de sustancias como el alcohol, el tabaco o el hachís está considerado como una de las conductas de riesgo más frecuentes durante la adolescencia. Son muchos los estudios de carácter epidemiológico que hablan de las tasas de consumo de nuestros adolescentes y de las consecuencias nocivas de su abuso. No obstante, son pocos los que se acercan al fenómeno del consumo de drogas durante la adolescencia desde una perspectiva longitudinal, analizando las consecuencias más a largo plazo.

Nuestro trabajo surge con un doble objetivo: encontrar diferentes trayectorias en el consumo de sustancias a lo largo de la adolescencia, y analizar las consecuencias que este consumo tiene en la adolescencia temprana y media, en el ajuste emocional y comportamental al final de este periodo.

En el estudio participaron 101 adolescentes que fueron entrevistados a los 13, 15 y 18 años. Todos completaron un cuestionario que incluía medidas sobre consumo de sustancias, autoestima y aparición de problemas internos o emocionales y externos o comportamentales.

Los análisis nos permitieron identificar 3 grupos de adolescentes semejantes en función de su trayectoria en el consumo de sustancias:

 Trayectoria del consumo de sustancias de cada uno de los grupos

El grupo más numeroso (63 sujetos) es el que presenta los niveles más bajos de consumo en los tres momentos estudiados, aunque experimenta un ligero incremento a lo largo de la adolescencia. A este grupo lo denominamos bajo consumo. Estos chicos obtuvieron las puntuaciones más bajas en autoestima y más altas en problemas emocionales, aunque también fueron quienes mostraron un mejor ajuste conductual.

El grupo 2 (27 adolescentes), sigue una trayectoria ascendente mucho más acusada que el anterior, y las diferencias en consumo con dicho grupo van aumentando progresivamente a lo largo de los años. Lo denominamos consumo ascendente. Los chicos que forman parte de este grupo (más chicos que chicas) son los que más problemas externos (conducta delictiva y agresiva) mostraron a los 17 años, y son en general los más desajustados.

Por último, nos encontramos con un número reducido de 11 sujetos (grupo 3), que parte de un nivel de consumo moderado en la adolescencia inicial, que aumenta en la adolescencia media, y que baja ligeramente en la tardía, hasta situarse en un nivel similar al del grupo 2. Lo denominamos experimentación precoz. Este grupo, que suele representar en torno al 10% de adolescentes o jóvenes y que se caracteriza por un consumo de corta e intensa vida mostró una autoestima más elevada y un mejor ajuste emocional que sus compañeros a los 17 años.

Nuestros resultados señalan que el consumo en un determinado momento de la adolescencia no está relacionado con la autoestima o el ajuste emocional en ese mismo momento. Sin embargo, un mayor consumo en la adolescencia temprana o media se relaciona con una mayor autoestima y con una menor incidencia de problemas emocionales en la adolescencia tardía. Nuestros análisis descartan la posible influencia de los problemas emocionales o la autoestima sobre el consumo de sustancias y sugieren una causalidad en el sentido contrario.

En cuanto al ajuste comportamental, observamos que un mayor consumo de sustancias en la adolescencia temprana no está relacionado con los problemas externos en la adolescencia media o tardía. Pero cuando el consumo se produce en la adolescencia media, éste aparece asociado a más problemas externos, tanto en el mismo momento, como en el tiempo posterior, indicando que es más probable que los problemas externos provoquen el consumo que la dirección inversa.

Si tenemos en cuenta que el tipo de sustancias incluidas en nuestro estudio son de consumo muy generalizado (tabaco, alcohol y hachís), y en las que los adolescentes se inician muy precozmente, bien podría considerarse que el consumo en la adolescencia temprana representa una especie de rito de tránsito que marca el final de la niñez. Es posible que estos jóvenes que experimentan en la adolescencia temprana tengan algunas características personales, como una mayor apertura a la experiencia, o un estilo personal caracterizado por la búsqueda de información y el afrontamiento de los problemas, que les lleven a alcanzar una mayor madurez socio-emocional posterior. Es posible que una actitud adolescente conservadora y de evitación de riesgos esté asociada a una menor incidencia de algunos problemas comportamentales y de salud; sin embargo, también es bastante probable que esa actitud tan precavida conlleve un desarrollo deficitario en algunas áreas, como el logro de la identidad personal, la autoestima, la iniciativa personal, la tolerancia ante el estrés o las estrategias de afrontamiento. En cualquier caso, no debemos olvidar que ninguno de los grupos obtenidos consume de forma abusiva, sino ocasional.

En cuanto al ajuste externo, nuestros datos indican que el consumo de sustancias en la adolescencia temprana no guarda relación con la aparición de problemas comportamentales años después. Sin embargo, cuando el consumo tiene lugar en la adolescencia media o tardía, sí está asociado a problemas de conducta, probablemente porque se trata de un consumo más intenso y con motivaciones distintas a la experimentación.

Aunque evidentemente no apoyamos el abuso de las drogas, que sabemos perjudicial a nivel físico y comportamental, creemos necesario hacer un análisis menos dramático y entender que, para algunos chicos y chicas, el consumo esporádico en los primeros años de la adolescencia va a ser una especie de rito de iniciación a la vida adulta que no tiene por qué implicar necesariamente dramáticas consecuencias para el desarrollo posterior.

El articulo original en el que se basa este studio se ha publicado en el International Journal of Clinical and Health Psychology. Oliva, A., Parra, A. Y Sánchez Queija, M. (2008). Consumo de sustancias durante la adolescencia: trayectorias evolutivas y consecuencias para el ajuste psicológico. International Journal of Clinical and Health Psychology, 8, 153-169.

Sobre los autores

 

Alfredo Oliva

Águeda Parra

Inmaculada Sánchez

Alfredo Oliva Delgado, es Doctor en Psicología y Profesor Titular del Dpto. de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla. Sus intereses como investigador están centrados en el estudio de los procesos de desarrollo socio-emocional que tienen lugar durante la adolescencia: relaciones familiares, relaciones con iguales, sexualidad, conductas de riesgo, etc. También ha trabajado en el desarrollo de programas de formación para padres de adolescentes.

Águeda Parra Jiménez es Doctora en Psicología y profesora contratada doctora del Dpto. de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla. Así mismo, ha participado como investigadora en diversos proyectos financiados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, y la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Ha publicado diversos artículos y capítulos de libros relacionados con el desarrollo adolescente y las relaciones familiares durante este momento evolutivo

Inmaculada Sánchez Queija, es Doctora en Psicología y profesora en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Ha participado en diversas investigaciones financiadas por los ministerios de Ciencia y Tecnología, y de Sanidad y Consumo sobre la etapa adolescente, concretamente en las relaciones de amistad y la salud positiva durante esta etapa.

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