HASTA EL 75% DE LOS PACIENTES CON ESQUIZOFRENIA ABANDONAN EL TRATAMIENTO TRASNCURRIDOS DOS AÑOS

25 Abr 2008

Tal y como recoge el diario de información sanitaria Jano. Medicina y Humanidades, en su versión electrónica, el 75% de los pacientes con esquizofrenia acaban abandonando el tratamiento farmacológico transcurridos dos años. Así mismo, en la primera semana, el 25% de estas personas abandonan la medicación, porcentaje que aumenta hasta el 50% tras el primer año.

Estas cifras, extraídas de un comunicado de prensa conjunto de la Fundación Manantial y Obra Social Caja Madrid, suponen una gran preocupación para los profesionales de la salud que atienden a estas personas, pues la falta de adhesión a los tratamientos farmacológicos puede multiplicar hasta cinco veces el riesgo de recaídas, con las consiguientes crisis y posibles ingresos hospitalarios, según diversos expertos.

Las principales razones esgrimidas por buena parte de los especialistas en relación al abandono de la medicación apuntan al fuerte estigma social del que son objeto las personas que padecen este trastorno en nuestra sociedad, la falta de conciencia de enfermedad por parte de los pacientes, los efectos secundarios que producen, casi siempre, estos tratamientos o la falta de recursos asistenciales que puedan atender las necesidades de enfermos y familiares.

Todas estas cuestiones evidencian, una vez más, la necesidad de aunar esfuerzos por parte de todos los profesionales de la salud para ofrecer a este colectivo un abordaje integral de utilidad. Los especialistas están cada vez más de acuerdo en que lo más eficiente en estos casos es ofrecer un abordaje psicosocial, combinado con tratamientos médicos, y en el que la intervención psicológica sea fundamental para dar cuenta y atender a los aspectos emocionales y relacionales, clave en el mantenimiento de un tratamiento psicofarmacológico prolongado en el tiempo. En esta línea, la publicación sanitaria reconoce la gran utilidad de las «intervenciones psicológicas y psicosociales para ayudar a las personas con esquizofrenia a sostener niveles más altos de función recuperada».

La pertinencia del tratamiento psicológico ha sido señalada en los últimos años por diversas entidades y estudios, como el realizado en el año 2005 por un equipo de investigadores del Grupo de Política de Salud Mental del Centro de Actuaciones Económicas de la Escuela de Economía de Londres (The Centre for Economic Performance’s Mental Health Policy Group, London School of Economics), quienes concluyeron que, para el caso de los trastornos mentales como la depresión o la esquizofrenia, la terapia psicológica debería ser ofertada en primer término, frente a los tratamientos farmacológicos, si tenemos en cuenta tanto la eficacia como el gasto sanitario. Tal y como argumentan estos investigadores británicos, a corto plazo, la terapia psicológica es tan eficaz como la medicación, y ambas son preferibles a la ausencia de tratamiento; sin embargo, a largo plazo, es la terapia psicológica la que muestra efectos más duraderos.

Para el caso de la depresión, el trabajo realizado por un equipo internacional y aparecido recientemente en PloS Medicine, arrojaba más datos en esta dirección, pues concluía que la nueva generación de antidepresivos no produce mejorías clínicas significativas en pacientes con diagnóstico inicial de depresión leve, moderada e incluso grave, al compararla con el uso de un placebo, y que únicamente muestra efectos ligeramente significativos en pacientes con una depresión muy severa. Tal y como se afirmaba en el informe de la London School of Economics hace dos años, en este trabajo meta-analítico también se apunta a la pertinencia del tratamiento psicológico como la primera opción para algunas psicopatologías, en este caso los trastornos del estado del ánimo.

Si tenemos en cuenta los datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que más de 400 millones de personas en todo el mundo sufren alguna enfermedad mental o los ofrecidos por el Ministerio de Sanidad y Consumo, que calcula que más de un 8% de la población española padece al menos un trastorno de salud mental en la actualidad (excluyendo aquellos trastornos causados por el uso indebido de sustancias), el sistema sanitario público español tendría que reconsiderar el modelo de atención que, hoy por hoy, ofrece a las personas aquejadas de algún trastorno mental. En este sentido, la escasez de profesionales de la Psicología en la asistencia especializada y la casi ausencia en Atención Primaria, tal y como ha denunciado en reiteradas ocasiones el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos, podrían estar contribuyendo a que los abordajes integrales que en la actualidad se están ofreciendo no den todos los resultados esperados, y una muestra de ello podría ser la alta tasa de abandonos de los tratamientos por parte de las personas con esquizofrenia.

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