DOLOR CRÓNICO Y RIESGO DE SUICIDIO, NUEVOS RESULTADOS

2 Dic 2008

Una nueva investigación sugiere que los pacientes con dolor crónico presentan mayor riesgo de suicidio, incluso controlando la posible influencia de la existencia de enfermedad mental.

Los investigadores del estudio entrevistaron a más de 5.600 adultos estadounidenses durante un periodo de 2 años (de 2001 a 2003), solicitando información acerca de la presencia de dolor crónico y de pensamientos e intentos de suicidio en los últimos 12 meses.

Tras controlar el posible efecto de la existencia de algún trastorno mental o de otras complicaciones físicas, los autores del estudio encontraron que aquellas personas que sufrían dolores de cabeza recurrentes tenían un riesgo 2 veces superior de presentar ideas de suicidio al compararlos con el resto de la población, así como un riesgo entre 2 y 3 veces mayor de haber cometido algún intento de suicidio.

Asimismo, las personas que sufrían otros tipos de dolor (exceptuando dolores relacionados con artritis), fueron 4 veces más propensas a haber cometido algún intento de suicidio.

 

Los investigadores también encontraron que al menos un 14% de las personas que informaron de padecer 3 o más localizaciones de dolor informaron de pensamientos de suicidio y al menos el 6% de estas personas presentaron un intento de suicidio.

El dolor crónico se define como una experiencia psicofisiológica que permanece a pesar de haber disminuido o desaparecido el daño tisular. Se considera dolor crónico cuando éste persiste más de 6 meses o más del tiempo estimado para su recuperación. Con frecuencia la experiencia de dolor genera problemas de ansiedad, depresión y afecta seriamente a la calidad de vida de la persona, limitando su funcionamiento social y laboral. Los pacientes que sufren dolor crónico presentan también frecuentes sentimientos de ira y hostilidad así como dificultades de sueño.

A menudo, estos pacientes responden muy mal al tratamiento con analgésicos y únicamente presentan una respuesta positiva al tratamiento con morfina o con otros fármacos opiáceos. Por otro lado, se ha comprobado la eficacia de las terapias psicológicas para ayudar a los pacientes a manejar su dolor y a hacer frente a la enfermedad, así como para disminuir la sintomatología depresiva, a menudo asociada a la presencia de dolor crónico.

El estudio anteriormente mencionado, publicado en la revista General Hospital Psychiatry, ofrece más evidencia acerca del grave riesgo de suicidio que presentan las personas que sufren dolor crónico, independientemente de la existencia de otros problemas de salud mental.

A su vez, pone de manifiesto la necesidad de atención psicológica que precisan las personas que sufren dolor crónico. En nuestro país, se ha reconocido oficialmente esta necesidad a través de la Estrategia de Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud, aprobada el 14 de marzo de 2007, asegurando el acceso a tratamiento psicológico para los enfermos afectados de cáncer, que también sufren dolores persistentes. El próximo año 2009, el Ministerio de Sanidad y Consumo presentará también la Estrategia Nacional de Atención al Dolor, con el objetivo de extender estas ayudas a todos los pacientes aquejados de esta condición.

Referencia:

Ilgen M.A., Zivin, K., McCammon, R.J. y Valenstein, M. (2008). Pain and suicidal thoughts, plans and attempts in the United States. General Hospital Psychiatry, 30(6), 521-527.

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