ADAPTACIÓN DE LOS ADOLESCENTES ACOGIDOS POR SUS ABUELOS

Se estudió a 54 familias, en las que los abuelos tenían en acogimiento a 68 adolescentes (37 chicas y 31 chicos), con edades entre 11 y 17 años (13,7 años de media). Los menores fueron acogidos por sus abuelos y abuelas cuando tenían una edad media de 1,3 años. De las 54 familias estudiadas, 36 estaban formadas por abuelos maternos y 18 por abuelos paternos. En la visita a los domicilios familiares las investigadoras, en primer lugar, contrastaban con los abuelos los datos que constaban en los expedientes, y posteriormente, los abuelos respondían al Child Behaviour Checklist (CBCL) en presencia de las investigadoras.

Al analizar la incidencia de problemas de conducta de los adolescentes acogidos por sus abuelos se encontró que, la mayoría de los adolescentes del estudio, se situaban en el rango de normalidad, tanto en la escala de problemas de internalización (ansiedad/depresión, aislamiento y problemas somáticos) como en la de problemas de externalización (agresividad e incumplimiento de normas) y en el total de problemas de conducta. El bajo porcentaje de sujetos con problemas de conducta en el rango clínico encontrado en este estudio apoya la visión normalizadora de los adolescentes acogidos por sus abuelos, al menos cuando los estudios se constituyen con sujetos procedentes de muestras no clínicas, como en el caso de este trabajo.

Nuestros resultados confirman los datos obtenidos por otras investigaciones respecto a la relación entre problemas de conducta y variables como el sexo y la edad de los adolescentes. En relación al sexo, los chicos presentaban más problemas de externalización que las chicas, como se encuentra en otros estudios con niños acogidos y no acogidos. En cuanto a la edad, se comprobó que a medida que ésta aumentaba, los adolescentes puntuaban más alto en la subescala de incumplimiento de normas y en el total de problemas de conducta. Una posible explicación podría estar relacionada con los cambios evolutivos que se producen en esta etapa, ya que a medida que los adolescentes se van haciendo mayores, necesitan mayor libertad y autonomía, lo cual exige un reajuste en las relaciones familiares. Hasta que se logra dicho ajuste, pueden aparecer problemas de conducta en los adolescentes. Además, los abuelos y abuelas, al tener también más edad, pueden presentar más problemas de salud, preocupaciones y mayor estrés al tener que hacer frente, no sólo al cuidado de sí mismos sino también al de sus parejas. Esta situación puede provocar que los abuelos y abuelas tengan menos tiempo o capacidad para reajustarse a los cambios que les exige el sistema familiar y para controlar la conducta de sus nietos a medida que avanzan en la adolescencia.

Los resultados de este trabajo también indican que los adolescentes cuyas madres eran toxicómanas presentaban más problemas de externalización y de conducta. Diferentes estudios realizados con familia extensa también indican que los problemas de los progenitores influyen en que los niños presenten más problemas de comportamiento, siendo el consumo de drogas, la psicopatología y el encarcelamiento de los padres las variables más relacionadas con los problemas de conducta de los adolescentes.

Como conclusión general, podemos destacar que los datos de este estudio aportan una visión de los abuelos y abuelas acogedores sobre la conducta de sus nietos adolescentes bastante normalizadora, contribuyendo a cambiar el enfoque patológico que han mantenido algunos estudios sobre los niños en el Sistema de Protección.