PSICÓLOGOS EN ATENCIÓN PRIMARIA: EFICACIA DE UNA INTERVENCIÓN DE DETECCIÓN PRECOZ Y TRATAMIENTO PARA PROBLEMAS DE ANSIEDAD

23 Jun 2006

Juan Manuel Ramos Martín

Recientemente se ha publicado un artículo en la revista Clínica y Salud con el título de «Evaluación del estilo cognitivo dependencia/independencia de campo en el contexto de los problemas de ansiedad«, basado en una experiencia de tratamiento psicológico grupal ubicada en un Centro de Atención Primaria. En estas líneas situamos el contexto de esta actividad, apuntamos algunos resultados y ofrecemos una sugerencia práctica.

 

Cuando se siente la universal emoción de miedo en una circunstancia percibida como peligrosa, tal experiencia puede quedar integrada en el conjunto de lo vivido, enriquecer el aprendizaje de la realidad que nos rodea y de nosotros mismos, y ayudarnos a restaurar, en un nivel superior, el equilibrio alterado. Pero también puede marcarnos de tal manera que nos arrebate el control de nosotros mismos: que nos invadan pensamientos de aprensión y catastrofismo, hipervigilancia, excesiva preocupación, irritabilidad; que nos sorprendan mareos, palpitaciones, dolor muscular, hiperventilación, temblores; que se dañe nuestra habilidad para dormir, nuestra capacidad para concentrarnos, rendir, afrontar. Es entonces cuando tenemos un trastorno de ansiedad.

No es nada infrecuente. Se estima que entre el 25% y el 30% de la población española sufre un trastorno de ansiedad a lo largo del ciclo vital (Gonçalves, 2002). Sólo un 25% de ellos acude a su Centro de Salud, la puerta de entrada al Sistema Sanitario, y lo hace con nueve años de retraso (Echeburúa, 1993) y de sufrimiento, pues los trastornos de ansiedad sin tratamiento tienden a agravarse. El médico no siempre diagnostica adecuadamente (se «pierde» el 15%), y no siempre ofrece el tratamiento o la derivación más indicados (Wittchen y cols., 2002). Retraso, infrarreconocimiento e infratratamiento son los ingredientes de un problema que consume felicidad para el individuo y su entorno, recursos para el Sistema de Salud y dinero para los presupuestos del Estado. Los pacientes con trastornos de ansiedad generan el doble de costes por atención primaria y servicios sanitarios en general, que los que no padecen tal trastorno (Simon y cols., 1995).

Se ha sugerido que un modelo integrado entre profesionales de la Salud Mental y de Atención Primaria mejora los resultados de los pacientes con trastornos de ansiedad (Price y cols., 2000). Se ha demostrado en el caso de los trastornos depresivos, pero se necesita más investigación para demostrarlo en los de ansiedad (Roy-Byrne y cols., 2000).

En este marco, se desarrolló un proyecto de coordinación entre los niveles Primario y Especializado de la salud, para prevenir el agravamiento de la patología ansiosa en un Centro de Salud de la Comunidad de Madrid, con el doble objetivo de detección precoz y de tratamiento corrector. A continuación esbozamos sus líneas esenciales en los siguientes puntos:

-El médico, pendiente de observar signos de ansiedad, al sospechar que un determinado paciente pueda tener problemas de ansiedad en base a su sintomatología somática, le pide rellenar el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA, de Miguel-Tobal y Cano-Vindel) y le presenta el programa.

-Los pacientes con el perfil adecuado reciben 10 sesiones de tratamiento grupal en su propio centro de salud, lugar al que se desplazan los psicólogos responsables del tratamiento.

 

-El tratamiento está basado en la orientación cognitivo-conductual, como aconsejan los estudios sobre tratamientos eficaces con apoyo empírico (Pérez Álvarez y cols., 2003; American Academy of Family Physicians, 2005):

    • Establecimiento de la cohesión grupal.

    • Reconceptualización operativa del problema.

    • Toma de conciencia de elementos disfuncionales.

    • Reestructuración cognitiva.

    • Exposición, autorrefuerzo y autoevaluación.

-Se obtiene el Estilo Cognitivo de cada participante mediante el GEFT (Witkin), el nivel de depresión mediante el BDI (Beck) y, al final del programa, se recogen las medidas de ansiedad y depresión postratamiento con ISRA y BDI.

Considerando los datos obtenidos en un período de tres años, constatamos que se han beneficiado del programa un total de 166 personas, con una edad rango de edad comprendido entre los 19 y los 64 años de edad (40 de media) y en el que casi el 70% lo constituyen mujeres.

 

Consiguen rebajar su ansiedad desde el percentil 80 («ansiedad severa«) al percentil 60 («ansiedad moderada«), lo que es estadísticamente significativo (p=0,000) y clínicamente relevante. Hallamos que los jóvenes y las mujeres se benefician más que los mayores y los varones en el sistema de respuesta fisiológico. Y que los «independientes de campo» consiguen un beneficio superior al de los «dependientes de campo» en el sistema de respuesta cognitivo.

La experiencia corrobora la eficacia de una implicación directa de los profesionales de la psicología en Atención Primaria. Que el psicólogo diseñe programas de prevención y detección precoz, reduzca el infrarreconocimiento de los trastornos mentales en la puerta de entrada al Sistema Sanitario, implemente tratamientos eficaces y eficientes y, en definitiva, ahorre sufrimiento a pacientes y recursos al Sistema, es algo que habrá de irse demostrando y publicando.

Pero sería deseable que, más que el interés individual de algunas personas, sea la iniciativa institucional la que promueva la presencia de profesionales de la Psicología en los centros de Atención Primaria.

Ver referencias del artículo.

Sobre el autor:

Juan Manuel Ramos Martín es Doctor en Psicología (2004) por la Universidad Autónoma de Madrid. Realizó el programa PIR (1996-1999) en el Hospital Universitario La Paz de Madrid. En la actualidad combina la consulta privada con un programa de Estimulación Temprana para bebés de riesgo en un Centro Base de Valoración de Discapacidades.

 

 

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